San Benito Sale A Votar

San Benito Sale A Votar

San Benito Sale A Votar – Hoy muchos y muchas nos dirigiremos a nuestro colegio electoral a votar. Elecciones europeas…

no es fácil sentirse representada en esas estructuras de contornos burocráticos y menos aún en estas circunstancias sociales en las que los políticos han perdido en general cualquier atisbo de ejemplaridad.

Pero si hemos de avanzar, al menos, sbobet

será bueno adoptar un criterio de qué pedimos a las personas que ejercen la representatividad de todos.

San Pablo ya lo tenía claro cuando describía la intachabilidad que se le requería al obispo. hullcrave

Y San Benito…¿qué dice San Benito sobre aquellos que ejercen el “poder económico” dentro de las comunidades?

Nos lo cuenta Mari Paz en un artículo publicado en la revista Eclesalia. 

Cualquier partido, cualquier grupo humano honrado tiene que asumir esto, como punto de partida. premiumbola

San Benito allá en el siglo V, escribió una Regla para los monjes…

Según mi humilde criterio, es un Tratado sobre el Sentido Común,

que en todas las épocas es el menos común de los sentidos,

y la sabiduría que destila no es sólo para monjes y monjas, sino para seres humanos organizados en comunidades, grupos, sociedades, países, familias… www.benchwarmerscoffee.com

Estamos en ambiente de elecciones, esta vez al Parlamento Europeo,

y casualmente, hace unos pocos días, leí lo que dice San Benito sobre la elección del cillerero (RB 31),

oficio o servicio monástico de gran importancia: es el encargado de administrar los bienes materiales del monasterio. joker123 terbaru

Así describe San Benito las actitudes y aptitudes del electo cillerero: “Se elegirá de entre la comunidad uno que sea sensato, de buenas costumbres, sobrio, de no mucho comer, ni altivo, ni perturbador, ni injusto, ni torpe, ni derrochador, sino temeroso de Dios, que sea como un padre para toda la comunidad.

Estará al cuidado de todo. No hará nada sin orden del abad. Cumplirá lo mandado. No contristará a los hermanos; si por ventura algún hermano le pide una cosa poco razonable, no le contriste despreciándole, sino que dándole razón de ello con humildad, la niegue a quien se la pide indebidamente.”

¿Es o no de sentido común elegir a alguien con estas cualidades y rectitud de mente y corazón para llevar a buen fin la vida de la comunidad y de los que se acercan a su casa, como son los pobres, los huéspedes, etc.?

Y también es de sentido común no dejar que se le olvide una vez elegido para esa misión, por eso está bajo una autoridad.

¡Así querríamos que fueran los candidatos a representarnos en las elecciones europeas!,

fue mi primer pensamiento después de leer lo del cillerero y tras abrir los sobres de dos partidos de diferente color (aunque del todo desteñidos) que me invitan a darle mi voto en las elecciones al Parlamento Europeo.

Querríamos políticos que mostraran austeridad en su vida y capacidad de lucha contra las injusticias,

incluidas las de sus propios partidos; que las luchas por el poder se transformaran en lucha por conseguir mejoras para todos.

Que no se dejaran atar de pies y manos por el poder económico-financiero que les convierte en guiñoles.

Que entiendan que no habrá verdadera democracia mientras la corrupción y los paraísos fiscales sigan siendo células cancerígenas en el cuerpo de Europa.

Que cada sillón en el Parlamento sea una plataforma de reivindicación por una Europa más justa donde quepamos todos y sepamos acoger y compartir con otros.

Por si alguien no lo sabe, San Benito es Patrón de Europa.

Y para finalizar, estas palabras en clave de oración, que no son mías, sino de uno que tiene un alto sentido común y mucho amor:

“Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo!… ¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!”

Gracias, Papa Francisco, se nota que te bajaste de la limusina y caminas con tus zapatos de siempre.